Los errores inducen el éxito

Michael Jordan una vez dijo: «I’ve missed more than 9000 shots in my career, I’ve lost almost 300 games, 26 times I’ve been trusted to take the game winning shot and missed, I’ve failed over and over and over again in my life and that is why I succeed». Traducido al español: «He fallado más de 9000 tiros en mi carrera, he perdido casi 300 partidos, 26 veces me han confiado el tiro ganador del partido y he fallado, he fracasado una y otra y otra vez en mi vida y es por eso que tuve éxito». El exjugador de baloncesto da a entender que su éxito se debe a su resiliencia, que el miedo al fracaso y el rendirse es lo peor.

El peligro de tener miedo y de no reintentarlo

Todos tenemos o hemos tenido miedo a no ser lo suficientemente buenos, a no conseguirlo o a decepcionar a los demás simplemente por haber fallado alguna vez. Y es que, los humanos tendemos a fijarnos más en lo negativo, en nuestros errores, lo que nos nubla todo lo bueno y por ello creemos que simplemente no valemos, este fenómeno se llama en psicología sesgo de negatividad. Tras esta asunción, tendemos a rendirnos y a no volver a intentarlo. Es nuestra responsabilidad no caer en este sesgo y combatirlo.

Qué hay que hacer

Por ejemplo, cuando aprendemos una habilidad tan sencilla como montar en bicicleta nos caemos decenas de veces, es inevitable y parte del progreso. De este ejemplo y de otros miles deducimos que, para hacer algo bien, primero hay que hacerlo mal obligatoriamente porque no nacemos aprendidos y necesitamos aprender de los errores. Adaptarse física y mentalmente a los desafíos a los que nos exponemos es un proceso arduo y cansado, pero lleno de aprendizajes y recompensas. Una vez entendido esto, surgen dos habilidades esenciales que, juntas, son la clave del éxito: no tener miedo a fallar y aprender de los errores.

Sin embargo, a mi parecer una de ellas es más importante que la otra, y es la de no tener miedo a fallar. Esto es porque la segunda depende de la primera: si tenemos miedo a fallar, nunca intentaremos esos objetivos y esos retos precisamente porque esperaremos al momento en que nos sintamos seguros de que lo vamos a hacer bien (spoiler, ese momento de seguridad plena nunca llega). Por ello no estaremos cometiendo errores de los que podríamos sacar algún aprendizaje. Y es que como dice el inversor inmobiliario Carlos Galán: «mejor hecho que perfecto». Ya habrá tiempo de hacerlo bien, pero el momento de intentarlo es ahora.

Mi experiencia

En el deporte esto se ve muy bien. Yo por ejemplo he tenido que aprender a dar el mismo nivel durante los entrenamientos que durante los partidos de tenis de mesa. Ya salir de la zona de confort en los entrenamientos es difícil ya que es necesario probar cosas nuevas para mejorar; pero en los partidos, que es donde sí que te juegas tu puntuación y la posición de tu equipo en la liga, no basta jugar a pasar la bola (a no arriesgarse) la mayoría de veces para ganar. Arriesgarse te puede llevar a la derrota también, pero sin arriesgar no aprendes ni ganas el partido. Por todo ello vale mucho más perder intentando demostrar que perder rendido y con miedo a fallar en el siguiente punto. Hágamos de nuestras derrotas aprendizajes.

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